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2 de abril de 2013

LIMONES SALVAJES DE MALIBÚ



CARTAS A DORA MALENGO
MARBELLA, 1 DE ABRIL DEL 2013

QUERIDA DORA: yo lo que pasa es que no puedo estar sin leer mucho tiempo, ya que empiezo a notar una sensación de desequilibrio, como si al mundo le faltara sustancia y se diluyera a mi alrededor, y para mí que esto no puede ser ni bueno ni saludable. Lo cierto es que he tratado de no leer estos días de Semana Santa; también he dejado de escribir y no sé cuantas privaciones más que me he impuesto como penitencia nazarena, salvo esa cosa tan importante y gozosa en la vida de los hombres que es el vicio nefando del paseo diario. Los paseos me sirven para pensar y, sobre todo, para alinearme planetariamente con el fin de establecer de una vez por todas cuáles son los placeres sencillos de la vida.
         Naturalmente, Dora, he llegado a la conclusión de que el poder, cuanto más poder mucho mejor, es el rey de los placeres sencillos, y nada como llegar a ser presidente de los Estados Unidos de América, un suponer, para sentir con plenitud la virtud de la humildad y la paz interior. Porque una vez dueño absoluto del cubil de todos los cubiles, uno ya puede colocarse en la parrilla de salida para obtener el premio gordo del dinero, es decir, aquel oro de Moscú que se fue a los cielos, además de otras comisiones al estilo del mejor Bárcenas, sin desdeñar, obviamente, la facilidad de los Griñanes para arañar de las arcas públicas un buen pellizco de cientos de millones de euros, pues no sólo de hamburguesas vive el hombre, porque en realidad ya sabemos que el alma necesita, tanto como el buen champán, la beatitud que otorga el dinero, además de otros misticismos que el decoro y la prudencia me impiden nombrar.
         Tampoco quiero dejar pasar esta oportunidad, mi querida Dora, para volverte a invitar a otra de las presentaciones del “Yo, Hemingway”. Esta vez el evento lo celebraremos en la acogedora, luminosa y amable ciudad de Marbella, en el Centro Cultural del Cortijo Miraflores, el viernes día cinco de abril, a las siete y media de la tarde. La presentación estará a cargo de don Rafael de la Fuente, una de esas pocas personas sabias, honradas y trabajadoras que por desgracia escasean en el mundo y que ha tenido el detalle, todo un gesto de verdadera y sincera humildad, de hablar de la obra de un escritor desconocido como yo, que para colmo se atreve a cuestionar en su libro la valía literaria y humana nada menos que de Ernest Hemingway, uno de los escritores más famosos de la Historia, Premio Nobel de Literatura (1954), Premio Putlizer (1953), además de haber sido también uno de los escritores más rentables para el negocio editorial que hayan existido jamás, incluida la famosa autora de la serie de Harry Potter y sus pócimas mágicas y misteriosas y en ese plan.  
De modo que, para que lo sepas, mi querida Dora, yo soy el primero que piensa que mi novela, por su iconoclastia y tendenciosidad, es un atrevimiento en toda regla, una blasfemia, y si me excomulgaran desde algún sanedrín literario me tendría que aguantar, ya lo creo, y humildemente te digo que aceptaría la penitencia e incluso el destierro en alguna playa asilvestrada de Malibú o Santa Mónica. Claro que si te quieres venir conmigo y sufrir, en plan Jezabel, los inconvenientes del exilio, pues yo encantado de la vida y como si me hubiera tocado la lotería. Ya sabes, amor, que puedes contar, si decides acompañarme, con el regalo de un tanga subacuático de la marca Versacce, Máximo Dutti, Oscar de la Renta o cosa similar. ¿Acaso no sientes ya en la boca, Dora, amor mío, el dulce sabor de los limones salvajes de Malibú?
Tuyo para siempre.
Antonio



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