Vistas de página en total

7 de julio de 2012

LA PARTÍCULA DE QUIEN ?

A uno se le va un poco la cabeza con este asunto de la partícula maravillosa que han encontrado los físicos, como si tal cosa, algo así como en un túnel de lavado. No es de extrañar, por tanto, que los chicos de la ciencia anden, por lo que se ve, un tanto alocados y como fuera de órbita por lo del invento. Sin embargo, a mí que no me vengan, pero si dicen que de hecho no han visto la bolita, que sólo saben de cierto que está ahí, como dando vueltas por todo el Universo, pues yo vería normal que se mascullara cualquier cosa sobre algún gato encerrado o frase por el estilo. No obstante, concedámosles el beneficio de la duda y aceptemos, así, a bote pronto y como el que no quiere la cosa, que la partícula dichosa es nada menos que la partícula de Dios, sin que sirva de precedente y aquí paz y después gloria. O sea, que, de pronto, los científicos se han vuelto unos magos de Oriente y han dejado a los filósofos a la luna de Valencia, ya que si han descubierto ese etéreo principio que andaban buscando los presocráticos, y también toda esa cosa misteriosa del Ser que decía Heidegger, ¿para qué nos sirven ahora los señores de la metafísica y demás parientes? Decía Ortega que el filósofo no se coloca ante su objeto lo mismo que el científico ante el suyo, pero que a diferencia de éste, ignora, precisamente, cuál es su objeto, y de él sabe sólo que no es ninguno de los demás objetos, es decir, justo la partícula que los físicos acaban de descubrir. Me refiero a que los filósofos empiezan a sobrar lo mismo que los teólogos, porque, en realidad, para andar por casa ahora ya nos basta con la dichosa partícula, y si hay que dedicarle una novena, misa o cosa por el estilo, digo yo que los curas estarán encantados de que por fin se haya producido una manifestación sagrada, aunque la epifanía sea más en plan microcósmico y no nos sirva para levantar una basílica y organizar una romería, por ejemplo, como la de los mineros asturianos de Rubalcaba y Largo Caballero, que buena nos ha caído. Sin embargo, la Prima de Riesgo, por mucha aparición divina que se haya producido, ahí sigue su gambeteo inconcluso, unas veces arriba, otras abajo, y a la Habana me voy, te lo vengo a decir. O sea que el gremio de los filósofos, la curia de los teólogos y el clan marsellés de los científicos están a lo que están, mientras a los “mercados” les importa una vaina que por fin sepamos por qué carajo se produce la materia y si la partícula esa, o bosón de Higgs, es la jodida Idea platónica, la Sustancia aristotélica, los Universales de los escolásticos, la Cosa en Sí de Kant, la Voluntad de Schopenhauer, el Absoluto de Hegel, el Ser de Heidegger, o la madre que parió a don Albert Einstein, que debió de ser una señora de mucho mérito. En realidad, hasta que este descubrimiento científico no se traduzca en mercadería industrial, es decir, en televisiones de cuatro o cinco dimensiones, tostadoras al segundo, teléfonos andantes o en lavadoras de blancura superferolítica, a los callejeros viajeros de este mundo les va a importar el hallazgo así como un bledo monumental. Porque yo les digo que si el descubrimiento hubiera tenido valor, habrían subido a los científicos a un autobús, les habrían puesto unas bufandas y les habrían llevado a la Cibeles para cantarles la Marcha Real, entre berridos populares, borracheras monumentales y alguna que otra jaculatoria de añadidura. Claro que estos honores, en realidad, sólo están reservados para otra clase de héroes. Muy dignos, eso sí, pero en otro estilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario