Domingo, 25 de mayo del 2014
DIARIO
Me siento de un humor
excelente para trabajar, pero más dispuesto a leer que a escribir.
Milagrosamente, en un mercadillo de Tirso de Molina, encontré una edición en muy buen estado de “Hemingway en Cuba”, con
abundantes notas y fotografías. Un libro que me servirá para aumentar los datos
que tengo ya archivados sobre el tema y así continuar con el otro libro que me
he propuesto escribir sobre Hemingway.
Anoche,
durante el partido, me fui con Marigel al cine. Vimos una película francesa
titulada “Los ojos amarillos de los cocodrilos”. Una película tan previsible
como pesada y algo así como en plan culebrón y lolitas malévolas y maleducadas,
que es como son las lolitas desde que Nabokov las inventase. Por lo que se
refiere a Emmanuelle Béart, se ve que le habría sentado mejor para el cutis un
romance con el anciano señor Arnaud que haber pasado por las garras desgarradoras de su
cirujano labial. Mucho mejor la hija de Depardieu, Julie Depardieu, tan modesta
como deseable, y no es que sea guapa, pero sus ojos grandes y verdes dicen
mucho de su inteligencia, y les aseguro que resulta de una familiaridad
enternecedora. Las mujeres o rezuman familiaridad a primera vista o son de las
que terminan enviándote al otro lado del río y entre los árboles. Justamente
donde los cocodrilos atacan tus tesoros entre miradas de amarillo satén.
No soy
aficionado al fútbol pero me dicen que el Real Madrid ganó anoche por un saco
de goles a un equipo de una barriada madrileña. Me parece que ya sé de qué
equipo se trata, creo que es uno de Cuatro Caminos, sí hombre, uno que jugó algunas
décadas en un agujero polvoriento al final de la calle Reina Victoria,
trasladándose después a los cienos limosos del río Manzanares, como los
cocodrilos de ojos amarillos. ¡Ya podrá el Real Madrid con esa pobre gente!
¿Por qué no se mide con los de su talla? Mañana, que es san Felipe Neri, pienso
acudir al Cotolengo con el fin humanitario de entregar una limosna. Dicen que
hay peste bubónica por esa zona del río.
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