Vistas de página en total

31 de enero de 2012

Diario

Domingo . 29 de Enero del 2012


Me voy al cine.
He visto dos películas: “Los descendientes” y “J. Hoover”. La primera es una historia demasiado vulgar como para despertar mi interés. Sin embargo, reconozco que su director, Alexander Payne, consigue despojarla de todo ese sentimentalismo almibarado y morboso casi consustancial al cine comercial de Hollywood. Mi agradecimiento. ¿Cómo lo ha conseguido? En mi opinión, a fuerza de un implacable ejercicio de inteligencia y contención, añadiendo además una dosis aceptable de buen humor.
La otra cinta, “J. Hoover”, me ha resultado pesada y terriblemente aburrida. Si no llega a ser por la magnífica interpretación de Di Caprio me hubiera dormido. Toda la película esperé la opinión de Hoover acerca del asesinato de los Kennedy y resulta que va el tío y no dice nada al respecto. Incluso al final, la cinta se convierte en una exhibición rosa y dulzona de su director, Clint Eastwood. Por un momento pensé que habían proyectado “Los puentes de Madison”. Para mí que Eastwood trata siempre de demostrar que en el fondo no es Harry el Sucio, sino un ángel caído del cielo. Y la verdad es que lo consigue en casi todas sus películas como director. Lo siento por sus incondicionales, pero la única cinta que salvo de su filmografía es “Sin perdón”. En las demás termina precipitándose sobre un enorme pastel de crema bien azucarado. Desde mi punto de vista, el señor Eastwood es uno de los directores más tramposos del cine. La mezcla que suele conseguir entre lo morboso y lo sentimental es incompatible con la honradez y el buen gusto cinematográfico.
Antes de dormir, leo un par de cuentos del libro, “A la rica marihuana”, de Terry Southern. Cuando lo termino, estoy completamente colocado. Como saben ustedes, Terry Southern es el verdadero guionista de “Easy rider” y no esos dos colgados de Peter Fonda y Dennis Hopper, que fueron en realidad quienes se llevaron la fama y el dinero. Se trata de uno de esos escritores del “nuevo periodismo americano” señalados en el libro de Tom Wolfe. También se le puede incluir en la “generación beat”, junto a Kerouac, William Burroughs, Allen Ginsberg y demás insumisos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario