Vistas de página en total

17 de noviembre de 2015

SABADO 14 DE NOVIEMBRE



Esta mañana he padecido varios ataques de ansiedad acompañados de sudoración sofocante, náuseas y malestar general.
Duermo media hora, desde las doce y media hasta la una. Me despierto más entonado. Sigo leyendo “Betty la negra”, novela policiaca de Walter Mosley. Me gustan en general los escritores americanos. No son tan pretenciosos como los europeos. En mi opinión, Los Ángeles es la ciudad más literaria del mundo.
El portero me sube la correspondencia atrasada. En su mayoría son cartas del banco. Si esperase de ellas un cierto estilo literario las abriría con más diligencia.
Es muy probable que esta semana vaya al Thyssen para ver la exposición de Munch. Me pregunto si “El grito” no es el cuadro más feo de la historia de la pintura. Sin embargo, es la representación más fidedigna de una humanidad aterrorizada ante el espejo.
Me cuesta escribir más que nunca. Así que me refugio en estas líneas sin importancia.
Tomo el aperitivo en la terraza del Gijón, caña y pulga de ensaladilla, y después almuerzo en Casa Salvador. Lentejas estofadas y su famosa merluza. Té verde de postre. Tengo entendido que esta clase de té alcaliniza la sangre y evita por ende las enfermedades. No obstante me dicen que el mejor alcalinizador es el Bicarbonato de toda la vida. Deberíamos recuperar la sabiduría medicinal de los antiguos.
Doy una vuelta por la calle mayor, Mercado de San Miguel, Tirso de Molina, Plaza de Santa Ana y de paso entro en una de las librerías de la calle del Príncipe. Me desmoraliza el hecho de no encontrar ninguno de mis libros, algo habitual si exceptuamos las librerías de Espasa Calpe y, por supuesto, Amazón, que lo tiene casi todo.
Me sumerjo en los sótanos de El Corte Inglés, ese Vaticano de la Plaza del Callao para comprar una maquinilla y jabón de afeitar. Por diecinueve euros me llevo un “kit” barbero de lo más completo. Me dicen que eso del “kit” parece estar muy de moda entre los cursis.
Cuando salgo me fijo en que hay un cartel anunciando que Lorenzo Silva va a mostrar al mundo los entresijos de la cocina del escritor. Este hombre est ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽erenzo Silva va a mostar al mundo los entresijos de la cocina del escritorbrerá en todas partes. Me pregunto si sus infinitas apariciones le deja tiempo para escribir. A no ser que tenga un negro.
Después de cenar veo por televisión “El crepúsculo de los dioses”, de Billy Wilder, que en mi opinión es la película más aburrida de toda su filmografía. Qué insulso parece William Holden al lado de Gloria Swanson. Desde luego su mejor escena es aquella en que aparece muerto en la piscina. Está de cine.
Una vez en la cama leo el diario de André Gide y me sorprende el desprecio que siente por Proust. En realidad le llama oportunista y manipulador. Claro que se debería tener en cuanta que Gide rechazó el primer manuscrito de la Recherche, un hecho que lo ha cubierto de gloria para la posteridad. De ahí que ese sentimiento de culpa se transforme inconscientemente en un odio solapado hacia Proust. Un mecanismo psicológico de lo más frecuente en los seres humanos. Sin embargo, el diario es magnífico, de los mejores que he leído. Hemos de reconocer que los escritores franceses tienen una magia especial para este género. También los ingleses. Lo digo sobre todo por el diario de Virginia Woolf, una verdadera obra maestra. Decido apagar la luz porque me oigo roncar mientras leo. Espero  no ser el único mortal que oiga sus propios ronquidos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario